martes, 27 de noviembre de 2012

La invención del amor (parte 1)

Querido diario:

Hoy ha sido mi primera clase en serio: ha sido sobre el Amor cortés a los de Literatura Universal de 2º de Bachiller.

La verdad es que impresiona un poco. Parece que no, pero cuando les ves tan mayores, con capacidad para juzgarte, y todos mirándote con atención... Por si acaso, he optado por la captatio benevolente y les he advertido que soy novata y que si tenían cualquier duda, que me preguntaran. Luego no lo han hecho, pero yo creo que era más por pura sorpresa que por otra cosa: creo que les he asustado un poco.

Estaba un poco nerviosa, así que creo que he levantado un poco el tono con voz de pito. Les he preguntado sobre Castle y sobre Indiana Jones y la última cruzada para establecer relaciones, pero sólo una chica se acordaba bien. Les he hecho una introducción un poco misteriosa antes siquiera de nombrar el tema y creo que he captado un poco su atención.

Luego me he liado a hablar: el contexto histórico, las Cruzadas, los matrimonios de conveniencia… Cuando he hecho un ejemplo con lo de los matrimonios, haciendo como que se casaban dos de los chicos, se han reído en pleno pavo.

Luego les he empezado a explicar algo de teoría sobre Chrétien y la Fin’ Amors. En cierto momento he perdido el hilo y me he quedado en blanco: he necesitado que me recordaran por dónde iba y he descubierto que es una manera estupenda de comprobar quién está atento a lo que decía.

Como me he dado cuenta de que me estaba liando y se me iba la hora, en seguida hemos pasado a los textos que les había preparado. He hecho un resumen del argumento y los he relacionado con los cuentos de hadas («Hay motivos que se repiten a lo largo de la historia de la literatura, aunque cambien un poco.»), y hemos ido directamente al combate de Lancelot con Meleagante y he conseguido que lo leyera una chica que el año pasado estaba en el grupo de teatro. Esperaba que le diera algo de vidilla, pero no. De todas formas, con haber conseguido convencerla me doy con un canto en los dientes.

Después de comentar el combate, ha seguido leyendo un chico que, la verdad, tenía aún menos salero. Ha sido la parte en la que aparece el nombre de Lancelot por primera vez y les he explicado la importancia del nombre como representación de la identidad del caballero, que ha perdido por el enajenamiento amoroso y por el carro de la vergüenza al que se sube por la reina. Eso me ha dado pie a explicar más profundamente el punto extremo al que llega el servicio de amor de la obra, llegando incluso a la deslealtad del caballero para con su rey. He preguntado su opinión a una chica, pero no ha sabido ni abrir la boca.

Luego, yo les he leído la parte de la noche de amor. Lo he hecho entonando la voz y, como se han reído, les he dicho que era así como se hacía en ese momento, porque la gente no sabía leer. Cuando hemos llegado a la parte del vergel, he aprovechado que han estudiado la Biblia y se lo he relacionado con el Cantar de los Cantares. Les he explicado el significado espacial del entorno natural frente al construído y les he preguntado sobre otras escenas de amor similares: me han respondido justo lo que yo pensaba (La Celestina y Romeo y Julieta) y me ha sorprendido (y hecho mucha ilusión) que una chica haya dicho también La casa de Bernarda Alba.

Hemos seguido leyendo, comentando un poco el tema de la herida de Lancelot al arrancar la reja y del color del vestido de Ginebra («¿Qué personaje de cuento tradicional va también vestida de rojo?»). Estábamos llegando a la mejor parte cuando ha tocado el timbre.

No sé qué les habrá parecido. Mañana termino el tema con lo más duro: la lectura religiosa. Tengo que aclararles lo del nombre de Indiana Jones: en su caso, la identidad sí está relacionada con el nombre, pero no con la amada. Veremos qué tal mañana...

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