miércoles, 28 de noviembre de 2012

La invención del amor (parte 2)



Querido diario:

Segunda clase con los mayores. Hoy no estaban tan interesados (después de clase, le he preguntado a J** y me ha dicho que es lo normal, que en seguida se creen que ya se lo saben y dejan de poner interés), pero he conseguido algunas buenas respuestas.

Hemos empezado repasando las ideas fundamentales de ayer (contexto histórico; forma de amor) y hemos terminado de leer el segundo texto. Hoy no han tardado tanto en ofrecerse voluntarios para leer, e incluso para le primero se ha ofrecido un chico (y eso que era la noche de amor). La verdad es que me ha sorprendido, porque precisamente este chico había sacado mala nota en el último ensayo, aunque es verdad que ayer parecía que le gustaba el tema. Ha leído bastante bien.

Una vez leído, he he introducido la lectura religiosa, tanto para la adoración de la dama (que ya lo vimos ayer) como para Lancelot, con la sangre del dedo. Con el segundo texto, que hemos dividido en dos, lo he terminado de desarrollar. Les he relacionado el Puente de la Espada con el salto de fe de Indiana Jones y el río como la Laguna Estigia (a algunos le sonaba, pero hasta que no les he recordado la película de Hércules de Disney, no les ha quedado claro). Les he explicado la idea del reino de Gorre como el de la muerte (de ahí la Estigia), enumerándoles algunos de los otros enamorados que han hecho viajes semejantes para rescatar a sus damas. En especial, les he nombrado a Dante y Beatriz, y así de paso les he explicado las dos líneas de evolución del amor cortés: la popular de las historias de amor y la místico-religiosa. A lo largo de la explicación les he ido haciendo preguntas y, aunque les costaba arrancar (al respondían muy bajito y tenía que pedir que me lo repitieran), me han contestado todas.

La verdad es que el tema religioso no les ha debido de llamar mucho la atención, porque me miraban como si hablara en chino y he tenido que callar a uno («Juan, ¿quieres compartir el comentario? Porque si es sobre el tema que estamos explicando, es bienvenido.»). Les he aclarado que todo esto era literatura, que no tenía nada que ver con la fe religiosa de los presentes, pero sí con la del contexto en que la obra fue producida. Creo que tenía que haberles dicho que lo más importante para comprender la literatura es ser capaces de entender la idiosincrasia de la época, pero se me ha olvidado.

Al final de la clase hemos hecho un recuento teórico de los datos que les he dado y estábamos en ello cuando ha sonado el timbre. J** les ha pedido (voluntario) un comentario de texto de alguno de los tres que hemos trabajado, para aplicarla.


Nota: No volver a echarme la siesta antes de redactar el diario, porque se me olvidan los detalles.

martes, 27 de noviembre de 2012

La invención del amor (parte 1)

Querido diario:

Hoy ha sido mi primera clase en serio: ha sido sobre el Amor cortés a los de Literatura Universal de 2º de Bachiller.

La verdad es que impresiona un poco. Parece que no, pero cuando les ves tan mayores, con capacidad para juzgarte, y todos mirándote con atención... Por si acaso, he optado por la captatio benevolente y les he advertido que soy novata y que si tenían cualquier duda, que me preguntaran. Luego no lo han hecho, pero yo creo que era más por pura sorpresa que por otra cosa: creo que les he asustado un poco.

Estaba un poco nerviosa, así que creo que he levantado un poco el tono con voz de pito. Les he preguntado sobre Castle y sobre Indiana Jones y la última cruzada para establecer relaciones, pero sólo una chica se acordaba bien. Les he hecho una introducción un poco misteriosa antes siquiera de nombrar el tema y creo que he captado un poco su atención.

Luego me he liado a hablar: el contexto histórico, las Cruzadas, los matrimonios de conveniencia… Cuando he hecho un ejemplo con lo de los matrimonios, haciendo como que se casaban dos de los chicos, se han reído en pleno pavo.

Luego les he empezado a explicar algo de teoría sobre Chrétien y la Fin’ Amors. En cierto momento he perdido el hilo y me he quedado en blanco: he necesitado que me recordaran por dónde iba y he descubierto que es una manera estupenda de comprobar quién está atento a lo que decía.

Como me he dado cuenta de que me estaba liando y se me iba la hora, en seguida hemos pasado a los textos que les había preparado. He hecho un resumen del argumento y los he relacionado con los cuentos de hadas («Hay motivos que se repiten a lo largo de la historia de la literatura, aunque cambien un poco.»), y hemos ido directamente al combate de Lancelot con Meleagante y he conseguido que lo leyera una chica que el año pasado estaba en el grupo de teatro. Esperaba que le diera algo de vidilla, pero no. De todas formas, con haber conseguido convencerla me doy con un canto en los dientes.

Después de comentar el combate, ha seguido leyendo un chico que, la verdad, tenía aún menos salero. Ha sido la parte en la que aparece el nombre de Lancelot por primera vez y les he explicado la importancia del nombre como representación de la identidad del caballero, que ha perdido por el enajenamiento amoroso y por el carro de la vergüenza al que se sube por la reina. Eso me ha dado pie a explicar más profundamente el punto extremo al que llega el servicio de amor de la obra, llegando incluso a la deslealtad del caballero para con su rey. He preguntado su opinión a una chica, pero no ha sabido ni abrir la boca.

Luego, yo les he leído la parte de la noche de amor. Lo he hecho entonando la voz y, como se han reído, les he dicho que era así como se hacía en ese momento, porque la gente no sabía leer. Cuando hemos llegado a la parte del vergel, he aprovechado que han estudiado la Biblia y se lo he relacionado con el Cantar de los Cantares. Les he explicado el significado espacial del entorno natural frente al construído y les he preguntado sobre otras escenas de amor similares: me han respondido justo lo que yo pensaba (La Celestina y Romeo y Julieta) y me ha sorprendido (y hecho mucha ilusión) que una chica haya dicho también La casa de Bernarda Alba.

Hemos seguido leyendo, comentando un poco el tema de la herida de Lancelot al arrancar la reja y del color del vestido de Ginebra («¿Qué personaje de cuento tradicional va también vestida de rojo?»). Estábamos llegando a la mejor parte cuando ha tocado el timbre.

No sé qué les habrá parecido. Mañana termino el tema con lo más duro: la lectura religiosa. Tengo que aclararles lo del nombre de Indiana Jones: en su caso, la identidad sí está relacionada con el nombre, pero no con la amada. Veremos qué tal mañana...

viernes, 23 de noviembre de 2012

Cuentos de piratas y poemas de amor desesperado



Querido diario:

Hoy he ido con P** a 1º de la ESO. Algunos niños ya me conocían de la clase de recuperación y me han saludado con mucho cariño. Otros no, así que les he dicho que se presentaran todos y me dijeran (o recordaran) sus nombres. P** y yo nos hemos armado un poco de lío porque las dos creíamos que la profe iba a ser la otra y no habíamos preparado nada, pero hemos improvisado y, entre las dos, ha salido muy bien.

Hemos empezado la clase leyendo un cuento: Memento de M.A. Hernández Navarro. Me ha costado un poco que se callaran, pero en cuanto he empezado a leer todos me han escuchado muy atentamente. Es un cuento sobre un pirata que tras muchos años encuentra el cofre del tesoro, pero dentro no hay un tesoro sino... Les he preguntado qué creían que había y en seguida todos han empezado a decir cosas: que si un mapa, que si un tesoro diferente, que si la felicidad... Se ha armado un poco de escándalo y me ha costado volverlos al orden para terminarles el cuento, pero lo he conseguido y les ha gustado mucho.

Luego les he preguntado si conocían más historias de piratas, pero como todos me decían que Piratas del Caribe he tenido que especificar si también habían visto o leído otras: me ha sorprendido que un niño me dijera La isla del tesoro y Sandokan. También les he preguntado por Asterix y Obelix y se han liado un poco, hasta que se han acordado de los pobres piratas que siempre acaban hundidos.

Mientras, P** se peleaba con el radiocasette para poner un audio de un poema recitado, y como no terminaba de apañarse, ha repartido unas fotocopias de un poema de Neruda (ese que empieza: «Puedo escribir los versos más tristes esta noche.»). Lo hemos leído en alto, cada frase o verso (lo más largo) un niño. Al principio he intentado que no lo leyeran de corrido, sino que le dieran sentimiento: algunos lo han conseguido, pero otros no. Constantemente se interrumpían unos a otros porque se perdían, o porque yo les decía que repitieran y les dieran más sentimiento. Algunos lo han hecho muy bien y, sin interrumpir la lectura, les he hecho un signo con la mano y les he puesto cara de que me había gustado mucho cómo leían. A las niñas les ha gustado mucho el poema, porque era de amor.

Después, P** ha dicho que lo volvieran a leer, esta vez sin paradas, y lo habríamos conseguido de no ser por una incorporación tardía que ha descolocado todo el orden. Como aún no se apañaba con el radiocasette, hemos empezado a buscar en el poema palabras relacionadas con los sentidos de la vista y del oído, señalando en el texto con diferentes colores cada uno. Los niños se han emocionado mucho y se ha montado otro pequeño escándalo, con todos hablando a la vez: «¡Los ojos!», «¡La mirada!», «¡El oído!», «¡El viento!»... Yo les decía que dijeran también el verso para que sus compañeros lo encontrasen. Nos lo hemos pasado en grande y hemos encontrado todas las palabras.

Al final de la clase por fin hemos escuchado la grabación, que era de Alex Ubago, y P** ha hecho un pequeño repaso de teoría, preguntándole a los niños sobre el género literario del poema. Para terminar, hemos escuchado la Canción del Pirata de Tierra Santa, que P** se la puso el otro día y les había gustado mucho. Creo que todos hemos salido muy contentos de clase.


NOTA: acordarse de imponer que levanten la mano antes de hablar para que no se arme un escándalo y poder escuchar a todos, incluídos aquellos que no tengan tantos reflejos y hablen más tarde.

Mi primera clase



Querido diario:

Hoy he dado mi primera clase: recuperación de Lengua en 1º de la ESO. (Para los que no han aprobado Lengua en Primaria).

Bueno, realmente no he dado yo la clase, porque sólo he corregido los deberes, que eran poner las tildes al dictado del otro día. Lo hemos hecho así: yo leía el texto y, cuando llegaba a una palabra que llevara tilde, los niños me decían “¡Para!” y me explicaban por qué llevaba tilde esa palabra.

Ha sido todo un cacao: cuando llegaba a la palabra con tilde, de repente todos empezaban a gritar “¡Para! ¡Para!” como descosidos. No se han equivocado más que en una palabra, pero a la hora de explicar por qué llevaban tilde las palabras, se liaban un poco. Sobre todo, confundían la regla de llanas y agudas, y me la contaban al revés. Además, como estamos con los grupos vocálicos, tenían que saber que en los hiatos se pone tilde en la vocal cerrada, pero eso me lo han explicado muy bien, porque era lo que habíamos trabajado en la última clase.

Cuando hemos acabado de corregir, ya ha seguido J** la clase y yo escuchaba como buena aprendiza. Ha hecho un dictado con el cuento Mensaje en una botella de A. Cerezales.