Querido diario:
Hoy he ido con P** a 1º de la ESO. Algunos niños ya me conocían de la clase de recuperación y me han saludado con mucho cariño. Otros no, así que les he dicho que se presentaran todos y me dijeran (o recordaran) sus nombres. P** y yo nos hemos armado un poco
de lío porque las dos creíamos que la profe iba a ser la otra y no habíamos
preparado nada, pero hemos improvisado y, entre las dos, ha salido muy bien.
Hemos empezado la clase leyendo un cuento: Memento de M.A. Hernández Navarro. Me ha
costado un poco que se callaran, pero en cuanto he empezado a leer todos me han
escuchado muy atentamente. Es un cuento sobre un pirata que tras muchos años
encuentra el cofre del tesoro, pero dentro no hay un tesoro sino... Les he
preguntado qué creían que había y en seguida todos han empezado a decir cosas:
que si un mapa, que si un tesoro diferente, que si la felicidad... Se ha armado
un poco de escándalo y me ha costado volverlos al orden para terminarles el
cuento, pero lo he conseguido y les ha gustado mucho.
Luego les he preguntado si conocían más historias de
piratas, pero como todos me decían que Piratas
del Caribe he tenido que especificar si también habían visto o leído otras:
me ha sorprendido que un niño me dijera La
isla del tesoro y Sandokan. También
les he preguntado por Asterix y Obelix
y se han liado un poco, hasta que se han acordado de los pobres piratas que
siempre acaban hundidos.
Mientras, P** se peleaba con el radiocasette para poner un
audio de un poema recitado, y como no terminaba de apañarse, ha repartido unas
fotocopias de un poema de Neruda (ese que empieza: «Puedo escribir los versos
más tristes esta noche.»). Lo hemos leído en alto, cada frase o verso (lo más
largo) un niño. Al principio he intentado que no lo leyeran de corrido, sino
que le dieran sentimiento: algunos lo han conseguido, pero otros no. Constantemente
se interrumpían unos a otros porque se perdían, o porque yo les decía que
repitieran y les dieran más sentimiento. Algunos lo han hecho muy bien y, sin
interrumpir la lectura, les he hecho un signo con la mano y les he puesto cara
de que me había gustado mucho cómo leían. A las niñas les ha gustado mucho el
poema, porque era de amor.
Después, P** ha dicho que lo volvieran a leer, esta vez sin
paradas, y lo habríamos conseguido de no ser por una incorporación tardía que
ha descolocado todo el orden. Como aún no se apañaba con el radiocasette, hemos
empezado a buscar en el poema palabras relacionadas con los sentidos de la
vista y del oído, señalando en el texto con diferentes colores cada uno. Los niños
se han emocionado mucho y se ha montado otro pequeño escándalo, con todos hablando
a la vez: «¡Los ojos!», «¡La mirada!», «¡El oído!», «¡El viento!»... Yo les
decía que dijeran también el verso para que sus compañeros lo encontrasen. Nos
lo hemos pasado en grande y hemos encontrado todas las palabras.
Al final de la clase por fin hemos escuchado la grabación,
que era de Alex Ubago, y P** ha hecho un pequeño repaso de teoría, preguntándole a los niños sobre el género literario del poema. Para terminar, hemos escuchado la Canción del Pirata de Tierra Santa, que
P** se la puso el otro día y les había gustado mucho. Creo que todos hemos
salido muy contentos de clase.
NOTA: acordarse de imponer que levanten la mano antes de
hablar para que no se arme un escándalo y poder escuchar a todos, incluídos
aquellos que no tengan tantos reflejos y hablen más tarde.
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